Pintar la casa y dejarla como nueva es posible. Basta con que sigas  estos consejos básicos. Elegir nuevos colores y texturas para techos y paredes es una de las mejores fórmulas para dotar a tu hogar de un estilo personal y moderno. Los pintores profesionales saben de sobra cómo adaptarse a nuestros deseos, pero también existe la posibilidad de embarcarse uno mismo en la tarea ¡Coge brocha y manos a la obra!

El estilo de una casa refleja la personalidad de sus habitantes. Si ellos cambian, la casa también necesitará entonces una renovación. Otro de los momentos en los que es frecuente modificar algunos aspectos para personalizar el ambiente es cuando se compra o se alquila una nueva vivienda.

¿Pintor profesional o DIY?

La pintura es uno de los recursos más utilizados para darle un aire diferente a tu vivienda. Una tarea que se puede abordar de diferentes maneras. Por ejemplo, existen empresas de reformas integrales que se ocupan tanto de esta labor como del resto de las obras que el contratante desee efectuar en la vivienda. La principal ventaja es que se obtiene un único presupuesto, se negocia con la misma persona y todos los trabajos se realizan en un periodo de tiempo determinado.

En cuanto a la opción de los pintores profesionales, resulta la elección más económica cuando no hay necesidad de emprender ninguna otra reforma. Ahora bien, aunque los profesionales garantizan resultados perfectos, sus servicios pueden costar unas tres veces más que si lo haces DIY (do it yourself), es decir, por tu cuenta. Y, después de todo, pintar paredes y techos no es tan complicado si tienes en cuenta algunas indicaciones y sigues el procedimiento adecuado.

Planificar la tarea de pintar la casa y dejarla como nueva

El primer paso es el aprovisionamiento de los materiales necesarios:

  1. Brochas y pinceles de varios tamaños para pintar correctamente hasta los rincones más estrechos.
  2. Rodillos y bandejas para las grandes superficies de paredes y techos.
  3. Espátulas y lijas para retirar la pintura anterior.
  4. Varios recipientes donde limpiar los pinceles y almacenar la pintura y los utensilios para no manchar nada.

pinceles y material para pintar la casa

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Después viene el paso más difícil y decisivo: la elección de la pintura. Antes de optar por un color debes tener claro cuál es el efecto que deseas.  Más allá del tradicional blanco, es posible personalizar cada habitación utilizando tonos diferentes.

Así, por ejemplo, los amarillos proporcionan luminosidad, mientras que los rosas y verdes poseen efectos relajantes. Tienes que tener en cuenta que los colores, una vez aplicados, suelen adquirir una tonalidad más fuerte que en la carta de muestras. Por eso, es mejor que realices alguna prueba previa en algún lugar no demasiado visible. ¡Así evitarás sorpresas!

Tipos de Pintura

Igualmente importante resulta el tipo de pintura que elijas. En función de ello, variará la textura y el acabado final. El más tradicional es el temple. Puedes encontrarlo en formato polvo o en pasta y, antes de comenzar, se diluye en agua. Destaca por su gran adherencia, sobre todo, en paredes de yeso. Permite buenos resultados sin que su aplicación sea muy difícil.

Eso sí, es recomendable que te fijes en las indicaciones del fabricante y no reduzcas la mezcla más de lo propuesto en el envase. Si lo haces,  disminuiría su capacidad para cubrir las capas anteriores e incluso puede hacer que aparezcan chorreras.

Otra opción muy común y de sencilla aplicación es la pintura plástica. Se seca rápidamente y ofrece la ventaja de que es totalmente lavable. En los hogares con niños, es la más indicada. También se utiliza el látex, que proporciona un acabado mate y sirve para casi todo tipo de superficies. Si optas por este tipo de pintura, ten en cuenta que no te servirá para metales, azulejos y cerámica.

Si el efecto que buscas es un acabado en brillo se utiliza el satinol. Un esmalte sintético satinado que bien aplicado permite obtener muy buenos resultados. Si has decidido emprender la aventura de pintar la casa y dejarla como nueva con tus propias manos, debes tener en cuenta que su aplicación es más difícil y es frecuente que aparezcan chorreras. Si sucede, será necesario pintar toda la pared de nuevo.

Manos a la obra

Una vez elegidos los materiales, el siguiente paso es la organización y la previsión del tiempo que vas a invertir en pintar. Lo más probable es que durante esos días tu casa se encuentre manga por hombro. Para evitar accidentes y que te resulte más cómodo,  retira los muebles y cubre con paños aquellos que no puedas trasladar.

pintar las molduras de las paredes

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otro de los consejos básicos para pintar la casa y dejarla como nueva es tapar con cinta de pintor interruptores, zócalos, enchufes o apliques. Para las ventanas, una buena opción es emplear papel de periódico. Antes de la aplicación de la primera mano, limpia bien la superficie y lijala para que quede lisa y regular. Por supuesto, también tienes que que tapar las posibles fisuras y grietas.

Lo más recomendable es comenzar por el techo. Antes de ponerte manos a la obra con las paredes, deberás darle todas las manos de pintura necesarias. Recuerda que es muy importante que se haya secado la primera capa antes de comenzar con la segunda. De esta manera, evitarás irregularidades.

En las paredes, un truco muy práctico es marcar los límites con el techo con un pequeño pincel. Para pintarlas se sigue siempre el mismo orden de aplicación y es mejor terminar con cada plano antes de comenzar con el siguiente. Así, evitarás confusiones. Una última capa de arriba abajo te garantizará un acabado perfecto.